¿Qué es lo que somos? es un laboratorio conformado por los estudiantes de grado décimo del Colegio San José Sur Oriental IED y liderado por Deisy Hernández, profesora de Ciencias Sociales de la misma institución educativa. Se plantea como un espacio desde el cual se abordan y exploran preguntas fundamentales para pensar sobre lo que nos ha llevado al estado de violencia que hemos experimentado como sociedad.
En 2018, esta iniciativa fue ganadora -por la localidad de San Cristóbal- de la beca de creación Escuelas que desde el arte y la cultura construyen memorias para la paz y la reconciliación, del programa distrital de Estímulos.
Para el proceso del laboratorio construyeron una bitácora titulada Memorias y conflicto que condensa la información recopilada durante la fase investigativa del laboratorio cuando trabajaron la memoria sobre la historia social y política de Colombia en tres esferas: se partía de las memorias individuales para construir una memoria colectiva y después consolidar una posición respecto a la memoria histórica.
Luego, durante la fase de creación, construyeron distintas narrativas sobre problemáticas relacionadas con el conflicto armado para ser plasmadas en diferentes formatos como afiches, prendas estampadas y murales.
Una de las motivaciones para la creación de este espacio yace en la convicción de Deicy de que “la educación debe generar estrategias de reflexión, análisis y también de transformación”, así como la certeza de que “la gráfica es una herramienta para generar discusiones políticas”. En aras de fortalecer su horizonte, han trazado una serie de principios que orientan sus acciones e intereses, como el que es necesario sacar sus reflexiones de la escuela a las calles, y que las afectaciones del conflicto armado trascienden la vida humana y tienen repercusiones en la naturaleza.
Por otro lado, uno de los mayores retos que han afrontado como colectivo es la difusión de sus discusiones y apuestas. Sin embargo, las herramientas gráficas les han permitido transportar estos temas a otros espacios sin tener que usar palabras, pues estas representaciones tienen el potencial de propiciar acuerdos y, a su vez, desatar controversias.
Adicionalmente, la experimentación en el marco del laboratorio ha permitido el encuentro y afianzamiento de “otros lenguajes y narrativas” más cercanos a los jóvenes que no se tenían previstos inicialmente, como es el caso de la composición musical. De este modo, se han abierto otras rutas de acción para trabajar con público joven más allá del entorno estudiantil.
Así pues, Deicy destaca la importancia de estas prácticas artísticas en manos de jóvenes, ya que -gracias a la riqueza de su lenguaje- su mensaje ha sido capaz de atraer un público diverso en el ámbito barrial. Su aporte a la paz y la reconciliación consiste en la consolidación de “una pedagogía que nos invita a pensarnos como sociedad. ¿Qué es lo que somos? Una pregunta que el país necesita resolver para encontrar las raíces de las memorias, para construir otra sociedad”.